Qué herramienta poderosa que puede ser el periodismo.
La foto de tapa no es trucada, el hecho fue real: Descalzo y
su esposa estuvieron con el Papa Ratzinger el año pasado. Pero aplicada al tema
de que el Concejo Deliberante de Ituzaingó por unanimidad declarara, hace un
año también, ciudadano ilustre a Rolando Goyaud me hace sentir creativo por un
lado y desilusionado por el otro como vecino del distrito.
El asunto no es el defecarse en una decisión del Concejo
Deliberante de Ituzaingó, porque no es ni el primer intendente, ni el primer
caso en nuestra ciudad en que esto sucede.
El asunto es más grave: es llenarse la boca cuando alguien
habla del Museo y de la labor de Rolando Goyaud en difundir lo que pasó y pasa
en nuestra ciudad-municipio-pueblo, diciendo loas a su trabajo (de hecho lo
nombró asesor cultural durante unos cuantos años) y después defecarse durante
un año en un simple papel-expediente-carpeta-o como se llame donde están los
fundamentos para que el primer mandatario comunal agarre una lapicera y lo
firme de una, convirtiéndolo en ley.
Durante estos largos 12 meses, amén de juntar firmas de
vecinos y de todos los concejales (que ya votaron por unanimidad) adhiriendo a
su declaración como ciudadano ilustre pude escuchar muchos ituzainguenses (algunos
malintencionados, otros menos) elucubrar fundamentos como este:
“El problema es que el proyecto lo presentó Walter Elías,
que es peronista, pero de la contra”, ¿viste?
“Amalia es funcionaria en La Plata, pero todavía sigue
pesando en las decisiones que pasan por cultura en la Municipalidad de
Ituzaingó… y todo el mundo sabe que Amalia no lo quiere a Goyaud”.
¿Por qué hablo de esto ahora? Porque hoy es 13 octubre, el
mes del aniversario del pueblo de Ituzaingó, el día en que hace 28 años el
avión con los jugadores de rugby se cayó en la Cordillera, el día en que están
liberando a los mineros de Chile. Día de catástrofes y resurrecciones.
A lo mejor por eso, día en que me pudrí que se siga
bastardeando la inteligencia, la voluntad, la férrea perseverancia y la actitud
en defensa de Ituzaingó como conocí en pocos, de un hombre que tiene la
camiseta del pueblo indisolublemente bordada en su piel y en su corazón.
Por eso señor Intendente, con toda la falta de respeto que
se merece por esto, le pido que se deje de joder y firme ya el papel que le
estaría otorgando el justo reconocimiento a Rolando Goyaud.
Si no lo hiciere, Dios y su pueblo seguramente se lo van a
demandar.
Daniel Jorge Galst