OCTUBRE 2010


Qué herramienta poderosa que puede ser el periodismo.
La foto de tapa no es trucada, el hecho fue real: Descalzo y su esposa estuvieron con el Papa Ratzinger el año pasado. Pero aplicada al tema de que el Concejo Deliberante de Ituzaingó por unanimidad declarara, hace un año también, ciudadano ilustre a Rolando Goyaud me hace sentir creativo por un lado y desilusionado por el otro como vecino del distrito.
El asunto no es el defecarse en una decisión del Concejo Deliberante de Ituzaingó, porque no es ni el primer intendente, ni el primer caso en nuestra ciudad en que esto sucede.
El asunto es más grave: es llenarse la boca cuando alguien habla del Museo y de la labor de Rolando Goyaud en difundir lo que pasó y pasa en nuestra ciudad-municipio-pueblo, diciendo loas a su trabajo (de hecho lo nombró asesor cultural durante unos cuantos años) y después defecarse durante un año en un simple papel-expediente-carpeta-o como se llame donde están los fundamentos para que el primer mandatario comunal agarre una lapicera y lo firme de una, convirtiéndolo en ley.
Durante estos largos 12 meses, amén de juntar firmas de vecinos y de todos los concejales (que ya votaron por unanimidad) adhiriendo a su declaración como ciudadano ilustre pude escuchar muchos ituzainguenses (algunos malintencionados, otros menos) elucubrar fundamentos como este:
“El problema es que el proyecto lo presentó Walter Elías, que es peronista, pero de la contra”, ¿viste?
“Amalia es funcionaria en La Plata, pero todavía sigue pesando en las decisiones que pasan por cultura en la Municipalidad de Ituzaingó… y todo el mundo sabe que Amalia no lo quiere a Goyaud”.
¿Por qué hablo de esto ahora? Porque hoy es 13 octubre, el mes del aniversario del pueblo de Ituzaingó, el día en que hace 28 años el avión con los jugadores de rugby se cayó en la Cordillera, el día en que están liberando a los mineros de Chile. Día de catástrofes y resurrecciones.
A lo mejor por eso, día en que me pudrí que se siga bastardeando la inteligencia, la voluntad, la férrea perseverancia y la actitud en defensa de Ituzaingó como conocí en pocos, de un hombre que tiene la camiseta del pueblo indisolublemente bordada en su piel y en su corazón.
Por eso señor Intendente, con toda la falta de respeto que se merece por esto, le pido que se deje de joder y firme ya el papel que le estaría otorgando el justo reconocimiento a Rolando Goyaud.
Si no lo hiciere, Dios y su pueblo seguramente se lo van a demandar.

Daniel Jorge Galst